lunes, 25 de julio de 2011

¿EXISTE LA CASUALIDAD?

Hermanos del alma, gracias por estar ahí como siempre con el corazón abierto y receptivo.
Escuchamos todo el tiempo hablar de las casualidades, pero… ¿existe la casualidad?

Realmente no, nada sucede porque sí… la verdad es que la casualidad no existe.
Todo es “causal”, nada es “casual”.

Todo lo que llega a nuestras vidas, cada situación por la que pasamos, es por algún motivo. Sai Baba en la India enseña las “cuatro leyes de la espiritualidad” que hablan justamente sobre esto.

La primera dice “La persona que llega es la persona correcta“, es decir que nadie llega a nuestras vidas por casualidad, todas las personas que nos rodean, que interactúan con nosotros, están allí por algo, para hacernos aprender y avanzar en cada situación.

La segunda ley dice “lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido”. Nada, pero nada, absolutamente nada de lo que nos sucede en nuestras vidas podría haber sido de otra manera. Ni siquiera el detalle más insignificante. No existe el: “si hubiera hecho tal cosa…hubiera sucedido tal otra…”. No. Lo que pasó fue lo único que pudo haber pasado, y tuvo que haber sido así para que aprendamos esa lección y sigamos adelante. Todas y cada una de las situaciones que nos suceden en nuestras vidas son perfectas, aunque nuestra mente y nuestro ego se resistan y no quieran aceptarlo.

La tercera dice: “En cualquier momento que comience es el momento correcto”. Todo comienza en el momento indicado, ni antes, ni después. Cuando estamos preparados para que algo nuevo empiece en nuestras vidas, es allí cuando comenzará.

Y la cuarta y última: “Cuando algo termina, termina“. Simplemente así. Si algo terminó en nuestras vidas, es para nuestra evolución, por lo tanto es mejor dejarlo, seguir adelante y avanzar ya enriquecidos con esa experiencia.

Amigos queridos, los dejamos con estas reflexiones, y por supuesto, creemos que no es casual que estén leyendo esto, si este texto llegó a sus vidas hoy, es porque están preparados para entender que ningún copo de nieve cae alguna vez en el lugar equivocado!

GRACIAS POR EXISTIR!!!



Gracias Claudio por compartir siempre tan bellos mensajes.
http://espiritualidaddiaria.infobae.com

sábado, 16 de julio de 2011

LEAN ESTO Y REFLEXIONEN....


Cuando me amé de verdad, comprendí que en cualquier circunstancia, yo estaba en el lugar correcto y en el momento preciso. Y, entonces, pude relajarme.
Hoy sé que eso tiene nombre… autoestima.

Cuando me amé de verdad, pude percibir que mi angustia y mi sufrimiento emocional, no son sino señales de que voy contra mis propias verdades.
Hoy sé que eso es… autenticidad.

Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera diferente, y comencé a ver que todo lo que acontece contribuye a mi crecimiento.
Hoy sé que eso se llama… madurez.

Cuando me amé de verdad, comencé a comprender por qué es ofensivo tratar de forzar una situación o a una persona, solo para alcanzar aquello que deseo, aún sabiendo que no es el momento o que la persona (tal vez yo mismo) no está preparada.
Hoy sé que el nombre de eso es… respeto.

Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable: personas y situaciones, todo y cualquier cosa que me empujara hacia abajo. Al principio, mi razón llamó egoísmo a esa actitud.
Hoy sé que se llama… amor hacia uno mismo.

Cuando me amé de verdad, dejé de preocuparme por no tener tiempo libre y desistí de hacer grandes planes, abandoné los mega-proyectos de futuro. Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero y a mi propio ritmo.
Hoy sé, que eso es… simplicidad.

Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón y, con eso, erré muchas menos veces. Así descubrí la… humildad.

Cuando me amé de verdad, desistí de quedar reviviendo el pasado y de preocuparme por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es donde la vida acontece.
Hoy vivo un día a la vez. Y eso se llama… plenitud.

Cuando me amé de verdad, comprendí que mi mente puede atormentarme y decepcionarme. Pero cuando yo la coloco al servicio de mi corazón, es una valiosa aliada.
Y esto es... SABER VIVIR!!!

No debemos tener miedo de cuestionarnos...
Hasta los planetas chocan y del caos nacen las estrellas.


Charles Chaplin

viernes, 15 de julio de 2011

PARA REFLEXIONAR


LA PACIENCIA ES UNA VIRTUD

La paciencia proviene de paz y ciencia, su significado es la capacidad de soportar o esperar algo sin alterarse.

Es el control de nuestros sentimientos y nuestras emociones.
Es la habilidad de hacer cosas minuciosas o pesadas sin perder los estribos.

Quien desarrolla esta virtud sabe esperar con calma a que las cosas sucedan en el momento adecuado.

Paciencia es fortaleza y serenidad ante las pruebas de la vida.
La paciencia es un ejercicio de Amor, Fe y Humildad que hace crecer a las personas.
La paciencia se ve en la acción, en la voz y en el corazón del que sabe aceptar la realidad tal y cómo es.
La paciencia enseña el valor positivo del esfuerzo y la exigencia de uno mismo.
La paciencia enseña a no desistir y si se fracasa, volver a comenzar.
La paciencia nos ayuda a resolver más fácilmente los problemas.
La paciencia nos da frutos dulces por la espera.
La Paciencia, la Serenidad, la Templanza, la Perseverancia, la Espera y el Optimismo van cogidos de la mano.

La paciencia es un tesoro, es unos de los aprendizajes más bellos de la vida, es vital en la toma de decisiones ayudándonos a conseguir los objetivos que nos proponemos, porque nos permite ver con claridad el camino que transitamos.

Hay que tener paciencia con las personas que nos rodean sobre todo si tenemos que ayudarles en su formación, en su enfermedad, en sus problemas...

Todo en la vida tiene un tiempo de gestación, hay que esperar con calma y no intentar acelerar lo que no está maduro.


(Gracias a Montse y Javi)
http://serenatumente.blogspot.com

domingo, 10 de julio de 2011

DI LO QUE SIENTES...

Siempre dí lo que sientes y haz lo que piensas...

Si supiera que hoy fuera la última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y rezaría al Señor para poder ser el guardián de tu alma.

Si supiera que esta fuera la última vez que te vea salir por la puerta, te daría un abrazo, un beso y te llamaría de nuevo para darte más.

Si supiera que esta fuera la última vez que voy a oír tu voz, grabaría cada una de tus palabras para poder oírlas una y otra vez indefinidamente.

Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo diría te quiero y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes.

Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuánto te quiero y que nunca te olvidaré.

El mañana no le está asegurado a nadie, joven o viejo.

Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas.

Por eso no esperes más, hazlo hoy, ya que si el mañana nunca llega, seguramente lamentarás el día que no tomaste tiempo para un sonrisa, un abrazo, un beso, y que estuviste muy ocupado para concederle a alguien un último deseo.

Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído lo mucho que los necesitas, quiérelos y trátalos bien, toma tiempo para decirles "lo siento", "perdóname", "por favor", "gracias" y todas las palabras de amor que conoces.

Nadie te recordará por tus pensamientos secretos...


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lunes, 4 de julio de 2011

CONSEJO PARA MIS HIJAS, NIET@S y BISNIETOS



Sé como un muerto

El maestro le dice al discípulo:
- Acércate al cementerio. Una vez allí, con toda la fuerza de tus pulmones, comienza a gritar toda clase de halagos a los muertos.

El discípulo se dirige al cementerio. Una vez allí, comienza a decir toda suerte de elogios a los muertos y después regresa junto al maestro.

-¿Qué dijeron los muertos?- pregunta el maestro.-
No respondieron - contesta el discípulo.

Y el maestro le ordena ahora:
- Volverás al cementerio y soltarás toda clase de insultos a los muertos.


El discípulo acude de nuevo al cementerio y sigue las instrucciones del maestro. Vocifera toda suerte de imprecaciones contra los muertos y después se reúne con el maestro.

-¿Qué dijeron los muertos?- pregunta por segunda vez el maestro.
-No respondieron- contesta el discípulo.

Y el maestro concluye:

- Así debes ser tú: indiferente como un muerto ante los halagos o los insultos de las otras personas.



(no olviden todos los consejos del abuelito Samuel, yo tengo aún muchos mensajes de él guardados en un cuaderno, lean siempre su Blog)
LOS AMARÁ SIEMPRE
SAMUEL ♥